Hoy bajo las cobijas, ya te extrano. Mis dedos en el teclado se mueven solo para no congelarse y una capita fina de hielo cubre las ventanas. Pienso en tus botas, en tu bufanda y en el gorrito de lana que huele a tu pelo. Te imagino en el tren, junto a la ventana, haciendo cara de valiente cuando en realidad solo quieres hacer una pataleta y negarte rotudamente a trabajar hoy. El reloj dice que son las nueve y veinte ... pienso en ti recordandome que son solo las nueve y diez.

Cinco dias libres contigo para celebrar mis 33. Me pregunto por que siempre presiento tus sorpresas, y no es que seas predecible, es que sabes exactamente lo que mas quiero.

La montana es nuestro refugio preferido. En medio de los arboles nos encogemos, nos volvemos chiquiticas, invisibles aun mas. Como un nino, no dejas de correr, te subes en los arboles con una agilidad envidiable, sin preguntarte por un minuto como regresaras al suelo. Saltas los charcos, las piedras, los troncos caidos de Eucalipto como si fueran los mayores retos de tu vida. Te niegas a seguir el camino marcado por otros y me convences, porque perdernos seria lo mejor que nos podria pasar.

Afuera llueve y tu brillas blanca saliendo del vapor de la tina caliente. El vino colorea tus labios, la cama te espera ansiosa. Sonriendo te conviertes en gato y con cautela me dejas amarte. Juegas, en las sabanas pretendes nadar en un mar lleno de espuma, pretendes ser un buzo explorador y depronto te conviertes en monstruo marino. Sin miedos, sin verguenzas, sin limites, sin dudas, sin pastillas, eres feliz y ese es el mejor regalo.